sábado, 18 de marzo de 2017

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Le he hecho un pequeño makeover al blog porque el diseño del otro ya era bastante cutrillo y aunque ahora me da un poco de penita, ya era hora de darle otro tipo de colores más bonitos a este blog que igualmente no uso casi nunca por no decir nunca.

domingo, 22 de enero de 2017

2017

A todo esto, feliz 2017. He entrado porque tenía que actualizar una cosa y he visto el último posts que era de 2015 y me he sentido mal por no haber subido nada en 2016. No prometo que haya más posts que estos dos que he subido hoy este año, pero voy a intentarlo, por mí.

Musical

Hoy he ido a ver La La Land, un gran film, muy bonito sobretodo visualmente, el tema también era muy bonito y aunque el final no ha sido el que todos en la sala de cine hubiéramos preferido, era, tristemente, el final perfecto para acabar de poner la guinda en el pastel de una película sobre la realidad de los sueños y lo que tenemos que dejar de lado, o atrás, para poder conseguirlos. Ha sido muy bonita, la verdad, y el principio ya me ha emocionado (pero también es porque adoro los musicales con todo mi corazón y no hay más esencia de musical que un inicio a coro con coreografía incluida de personajes cantando una canción sobre lo que está por llegar, sobre los deseos y sueños que se tienen, sobre un lugar).

No sé por qué siempre me han gustado los musicales. No puedo decir que es porque me gusta la música, porque conozco a mucha gente que le gusta la música y sin embargo aborrece tener que ver un film o una obra musical. Pero para mí es tan mágico. Es la combinación perfecta, es la historia a través de la expresión musical, corporal, escenográfica... es entrar como en un mundo real pero a la vez onírico donde las canciones son el enlace entre el mundo y los sentimientos. Siempre que veo un musical me entran ganas de llorar, incluso en los momentos alegres, eufóricos, de baile y canciones alegres, porque me llega como un sobrecogedor aprecio por todo lo que sucede, por toda la energía que se crea. No sé. Siempre me han gustado mucho y si tuviera que decir una razón específica sería seguramente: porque sí.

Porque disfruto siendo partícipe de algo así, de la manera que sea.

Y no es solo la experiencia completa la que me emociona. La música, de por sí, es una experiencia distinta, porque es una música cronológica, una música de personajes que sienten cosas, cosas que yo también he podido llegar a sentir o deseo sentir (o no).

Y hoy, mientras miraba La La Land y pensaba en cuánto me recordaba a Singin' In the Rain, aunque tampoco se parecen tanto, por su clasicismo hollywoodiense, esa rememoración a los musicales clásicos de la edad dorada del cine, pensaba en que da igual el por qué, el hecho de emocionarse cuando empiezan los acordes y bajan las luces y sabes, sabes, que llega el principio de un susurro musical que se extenderá hasta ser una canción... todo eso es algo, y da igual por qué se genera, lo importante es que es algo, es emoción viva y vale la pena.

El cine musical, el cine con música, siempre va a ser especial para mí. Siempre voy a ser partícipe y defensora de ello.

Que las estrellas de la ciudad de las estrellas no sean astros si no notas musicales, esperando el momento a sonar.

viernes, 16 de enero de 2015

2015

Feliz año nuevo!
He estado leyendo algunas entradas del blog. Me leo y me hago gracia y veo las cosas que me emocionan y las cosas que me gustaban y que aún me gustan y como ya por ese entonces tenía parte de la esencia que sigo conservando.
Cual ha sido mi sorpresa al ver que este blog tiene ya nada más y nada menos que cinco años. Bien, tendrá cinco años en junio de este año, pero está ya en dirección hacia cumplirlos.
No me lo creo.
Recuerdo que empecé este blog con inteción de hacer una cosa seria, pero para ese entonces yo no era una persona lo suficientemente seria como para hacer algo que se ajustara a las expectativas que yo tenía (tampoco lo soy ahora, pero bueno). No me disgusta para nada la dirección que tomó el blog, en cuanto a diario personal, comentario de cosas que me habían gustado, listas y posts para recordar cosas, posts de desahogo... creco que sí bien es cierto que no es el blog que yo me plantée cuando era una cría, sí que es el blog que he ido necesitando al largo de estos años.
Sinceramente, no creo que esté hecha para ser una blogger constante, como ya ha quedado demostrado con el hecho de que en 2014 solo hice una entrada en este blog (espero poner alguna más este año, a ver si hay suerte), y menos una que trata temas comunes y que la gente quiera leer. Esto es más que un diario, ya lo tuve claro a la semana de hacerlo. 
Y es un diario que lleva ya cinco años aquí, en la zona del autismo tecnológico, colgando entre las redes de internet sin nadie, excepto yo, que lo lea. Dudo mucho que mi único seguidor se tome el tiempo de leer las tonterías que escribo, si es que no es alguien que te sigue automáticamente, como un bot. Bueno, da igual. Tener a gente leyendo mis cosas tampoco fue nunca mi objetivo. Si hubiera sido así, hubiera apostado más por la igualdad temática y un mejor trabajo de los posts. En cierta manera, me gusta que sea así. Siempre me dirijo a una segunda persona del plural que no existe, pero porque es más fácil que hablar con tu misma en una entrada de un blog. Aunque ahora que lo pienso no estaría nada mal, debería probarlo alguna vez.
Bueno, no estoy diciendo nada productivo para variar.
Le tengo mucho cariño a este blog. Hace mucho que no escribo nada y es porque siento que ya no tengo nada que escribir. Estos últimos meses he decaído cada vez más en el sentimiento de que ya no quiero compartir nada con la gente de Internet, cosa que queda clara por mi actividad en twitter que solía ser muy alta y ha quedado reducida a nada. Ya no siento que quiero decir cosas, aunque sean tonterías. No siento que sea necesario ni que tenga ningún sentido. De esta manera, por esta razón, tampoco tengo inspiración para venir aquí y hablar de esto o de lo otro. Hace ya unos meses que ya no sé escribir nada, ya no tengo ideas nuevas. Supongo que estoy un poco cansada y triste a la vez.
La longevidad de este blog, pero, me pone contenta, el hecho de que aunque despacio, este blog se mantenga y yo siga diciendo tonterías aquí y allí haciendo ver que comunico cosas que no comunico a nadie, porque no hay receptor.
Espero volver por aquí antes de que otro día, el año que viene, entre y me sorprenda de los años que tiene este blog, como hoy.

viernes, 25 de abril de 2014

Esperar

Últimamente pienso en muchas cosas. Me doy cuenta de que parte de mi vida se basa en esperar. Esperar el metro, el tren, el bus, esperar a que te sirvan en un restaurante etc. Siempre he sido paciente, las colas no me ponen nerviosa a no ser que vaya a contrarreloj, en ese caso sí y mucho. Ahora mismo, espero a que se acabe el trimestre, que me tiene totalmente desmotivada y del que seguramente me voy a quejar a continuación (o quizá no porque quizá se me habrá pasado y me dará pereza escribirlo, que es probable) y espero a que mi padre me llame para que baje a cenar porque tendría que haber bajado hace rato. Espero pacientemente a que mis grupos favoritos saquen algo nuevo, pero es cansado. Cuando no hay información, no tienes imágenes nuevas, no tienes actuaciones aunque sean, del grupo entero, es cansado y es duro. Es como seguir a un grupo que no existe, un grupo que se crea una vez al año y luego se separan hasta el año siguiente. Hecho de menos a mis grupos favoritos y les necesitaría un poco en estos momentos en los que me encuentro alicaída con la realidad que me envuelve. Necesitaría que me alegraran un poco, pero sé que no van a volver antes de que yo acabe el curso, así que no puedo hacerle nada. Solo me gustaría alguna cosa, levantarme algún día y tener algo, algo que me hiciera sonreir una mañana, por ejemplo. No pido tanto. Pero es difícil. La única tarea que tengo es esperar y es lo único que puedo hacer mientras veo las cosas pasar y espero que alguien me reanime.

Yeaaaaaah

He hecho esa entrada muy poco antes de que cumpliera un año de mi última entrada, estoy orgullosa de ello xDD

Quiero ver cine y escribir poemas

Hace mil años que no subo nada en este blog, y seguramente no volveré a subir nada de aqui a mil años más. Bueno, no pasa nada, creo que con colgar cosas de vez en cuando ya estoy satisfecha. Me ha hecho gracia porque he estado leyendo mis entradas anteriores, de cuando solía escribir bien y hacía expresiones bonitas y metáforas. Es triste que tres años después sienta que soy incapaz de escribir de esa manera, supongo que lo soy pero no me doy cuenta. Lo que sí ha pasado es que, al leerme a mí misma, dicíendome cosas (aunque involuntariamente) he sentido la necesidad de decirme más. Quien soy yo en este momento, que es lo que sé y que es lo que quiero. Y si luego, dentro de tres años vuelvo y lo leo? Y si mañana vuelvo y lo leo? En realidad el cuando da igual.
El otro día en clase nos hicieron hacer escritura automática y puedo jurar por dios que no sé. Pienso demasiado y razono todo. Si hubiera hecho la escritura automática la hoja se hubiera quedado en blanco.
Hace dos o tres días, alguien me habló por internet (no es nadie raro, bueno, eso creo) y resulta ser una persona a la que le apasiona el cine pero no se dedica a ello, no le gusta hacerlo, le gusta consumirlo. Yo, como estudiante de cine, me planteo qué es realmente lo que me apasiona de lo que estoy haciendo. Sé lo que no me gusta, sé lo que no quiero, pero no sé lo que quiero. Como siempre. Mi vida se ha basado siempre en la incertidumbre y la batalla contra el reloj. Decidir entre ninguna opción antes del plazo establecido. Me apasiona el cine? No, no creo. Me encanta el cine, me gusta ver películas, me gusta mucho disfrutar de un buen film, pero creo que no soy cinéfila. No consumo vorazmente imágenes cinematográficas con necesidad de alimentar mi afición. Me gusta la televisión? No, no me gusta y la que me gusta es inalcanzable para mí. Pienso que habría que hacer una reforma, pero es muy fácil decir y muy difícil hacer. No sé, la radio me parece bastante insulsa y parece que las teorías no se me dan muy bien. Entonces, qué me apasiona? No lo sé. Quizá buscar algo que me apasione de verdad.
Quiero ver cine, quiero saber de cine, me gusta que la gente me enseñe sobre cine y me hable y yo aprenda porque creo que el cine enriquece a las personas, las transporta, las ensancha... pero no creo que yo pueda hacer eso. Quizá es que soy demasiado básica y necesito que alguien me empuje para sacar lo que realmente llevo dentro. No lo sé. Siempre me lo invento todo, aunque creo que en realidad todo lo que digo tiene sentido, solo que no lo había visto hasta ese momento.
Me gusta escribir, pero puedo? puedo hacerlo? puedo ponerme delante de un folio en blanco y ser capaz de escribir algo que valga la pena? No lo sé... no sé nada, la verdad. Quien soy yo para juzgarme en mi incertidumbre? Quiero hacer algo que me apasione, quiero mirarme y decir: bueno, no lo estás haciendo mal. Quiero tener algo que realmente realmente me guste, no tiene que ser mi trabajo, no tiene que ser mi profesión, solo algo. Siento que me falta pasión, que siempre me ha faltado. Tengo convicciones y tengo moral pero me falta pasión para desear algo. Y entonces me entran ganas de dejarlo todo y hacerme mágica y vivir del cuento. Pero no soy así.