lunes, 12 de septiembre de 2011

Cambios

Los cambios son inevitables. Los cambios dan miedo, bueno, por lo menos la gran mayoría de ellos. Y no dan miedo porque sean malos, porque vas a una cosa mala, si no por el simple hecho de que son cambios, de que tu vida tal y como la conocías, tal y como la concebías cambia, y con ella tu mundo cambia, y todo cambia.
Mientras leía el libro Beatles de Laars Saybe Christensen este verano me sentí muy identificada con un párrafo que cerraba un capítulo. Tendría que haberlo copiado, pero para cuando hube terminado el libro ya no sabía ni en qué página estaba. En ese párrafo decía más o menos que los cambios pueden ser excitantes, pueden esperarse con ilusión y también con miedo, pero que llegan, y al final, no son tanto como creemos.
Por lo menos Kim (el protagonista) hacía parecer que las cosas no habían cambiado tanto, pero luego me daba cuenta de que todo lo que tenía a su alrededor cambiaba constantemente sin que él se diera cuenta. Y eso es lo que pasa.
El mundo, todos, cambiamos constantemente, sin pausa, un día somos así y al siguiente tenemos algo diferente, una nueva canción escuchada, unas fotos hechas, una cosa aprendida. Nunca somos quienes fuimos ayer. Cada día somos diferentes y por lo tanto cada día cambiamos. Y aún así, aun cuando cambiamos incluso estando dentro de una rutina, nos da miedo cambiar. Nos dan miedo los cambios. Los grandes. Los cambios radicales, las cosas que no van a ser como eran.
Pero creo yo, y quiero creerlo fervientemente, que si cambiamos día a día y aún seguimos siendo quienes somos, podemos cambiar a lo grande y seguir queriendo a los que queremos. Y ya está. Porque aunque los cambios puedan determinar algunos aspectos de nuestras vidas, me gusta creer que al final del camino somos nosotros los que elegimos qué hacemos con ella y qué cambios queremos tomar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario