sábado, 31 de julio de 2010

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No sabía que título ponerle a esto, porque la verdad es que no es nada de suma importancia, así que pongo lo que le pongo a las entradas a las que no sé que título ponerle.
Es muy corto esto, así que empezaré ya.
Últimamente tengo ganas de llorar con todas las pelis, en serio, con todas. En el momento ese en el que sale la gente chillando de alegría o llega el rescate, esos momentos me ponen la piel de gallina y hacen que me entren ganas de llorar. Es muy raro, en serio, quizá me entran ganas de llorar porque pienso, que bonito, o porque me alegro, no lo sé, pero esto me pasa mucho Últimamente.
La otra cosa que quería comentar, que ya se debe suponer por la etiqueta es de Roberto. El otro día fue el cine, él sabrá que película vió y si le gustó. Pero no es de eso de lo que quería hablar. Hoy he soñado con él y era un sueño muy raro a la vez que tierno, yo siempre sueño cosas raras, sinceramente. Que qué le pasaba? pues que le pinchaban con una aguja y se desmayaban él y un conejo y durante un tiempo él sólo podía hacer lo que hacían los conejos, bueno, podía hablar y caminar y eso, pero si le abrazabas no te abrazaba de vuelta porque los conejos no lo hacen. Total, que he tenido que cuidar de él hasta que se le pasara, ha sido muy raro, pero en mi sueño habían momentos bonitos también. Pero sí, muy raro, ni idea a qué venía el conejo.
Y ya está, intentaré que no me entren más ganas de escribir. Porque esto siempre me pasa, hay días que no escribo nada y días que escribo hasta de lo más tonto, como de este sueño de Roberto aconejado.

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