lunes, 23 de agosto de 2010

Potter

Ya está, lo acabo de recordar.
Ayer vi Extreme Makeover de casas de la versión americana y lloré durante todo el capítulo, pero TODO, TODO. Era la família Brown, que la madre había luchado para sacar a sus hijos de esos barrios de mala muerte y había conseguido tener una casa en un barrio respetable. Y justo se les inunda y despues se les quema y ya no tienen esa casa y alli tenian todos los recuerdos de su vida y todos los esfuerzos de la madre se van al garete. Y entonces llegan los del programa y les hacen una casa y una vida nueva donde vuelven a empezar, y todo fue muy emotivo, y yo, pateticamente sola y merendando en el sofà no podia dejar de llorar. Fue muy bonito, es bonito ver como la gente se ayuda entre sí y se cambia la vida, siempre he pensado que si fuera buena en eso de los talleres me gustaría hacer algo así, pero no lo soy.
El otro día me vino mono de Harry Potter (cambio de tema total) así que decidí volver a leerme el último libro ya que la peli se estrena de aqui poco, en noviembre si no recuerdo mal, y quería tener la memoria fresca, no sé, era una cosa que tenía ganas de hacer. El caso es que ayer acabé el libro y de alguna manera, creo que me sentí más triste de acabarlo que la primera vez. Recuerdo que la primera vez pensé: Dios mio! ya está, ya no hay más Harry Potter, ni más Hogwarts, ni más Voldemort ni nada. Y tuve una estraña sensación. Pero ayer, ayer me puse triste, supongo que es porque vi que realmente se estaba acabando, a estas alturas el año que viene ya habré visto la última película de todas y entonces si sé que estaré triste, porque Harry Potter ha crecido conmigo, he crecido mirando las pelis y leyendo los libros y saber que se acaba, y que ya no vuelve, va ser raro a la vez que triste, pero bueno, todo son fases y todo queda y todo se va. Me paso lo mismo cuando acabe amanecer, pero ese libro no me gusto nada. El último de Harry Potter es genial, y adoro como J.K. Roling puede desvelarte secretos del primer libro en el último. Es una genia. Bueno, ahora sí me voy a comer.

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